Apego y deseo en las religiones orientales
La filosofía oriental presenta una aproximación al amor espiritual diferente de la occidental: El sufrimiento en sí mismo no es lo que nos hace virtuosos, sino que es un medio para alcanzar la virtud, de tal modo que acercarse a la iluminación o el nirvana implica el cese paulatino del sufrimiento y el aumento del gozo. Al igual que en el cristianismo, el sufrimiento es un catártico (o vía de expiación) que nos conduce al estado iluminado (o a Dios en el cristianismo). Sin embargo, para la concepción oriental, preocuparse por conseguir un objetivo constituiría un modo de sufrimiento adicional (el apego y el deseo), de modo que deberíamos limitar nuestro sufrimiento no preocupándonos por el propio sufrimiento —incluyendo el deseo de conseguir metas—. En palabras de Osho:
El amor es algo fácil, el odio es algo fácil, pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a amar, no voy a odiar». Así todo se vuelve difícil. ¡Así ni siquiera puedes amar! Inspirar es fácil, espirar es fácil. Pero tú eliges. Dices: «Sólo voy a inspirar, no voy a espirar». De esta forma todo se vuelve difícil. La mente puede decir: «¿Para qué espirar? La respiración es vida. Simple aritmética: inspira, no expulses el aire; estarás cada vez más vivo. Acumularás más vida. Tendrás grandes reservas de vida. Inspira solamente, no espires porque espirar es morir». [...] El amor es inspirar, el odio espirar. ¿Qué hacer entonces? La vida es fácil si no decides, porque entonces sabes que inspirar y espirar no son dos cosas opuestas; son dos partes de un mismo proceso. Y estas dos partes son orgánicas, no puedes dividirlas. ¿Y si no espiras...? La lógica se equivoca. No vivirás; sencillamente, te morirás inmediatamente.
Osho, El libro de la Nada